Nuevamente adentro de mi mente:
El paisaje era un bosque denso al cual apenas iba adentrándome, atreviéndome a dar unos escasos 2 pasos completos, miraba los árboles majestuosos que se cernían ante mí, la luz del sol se filtraba en puntos irregulares dando lugar a formas inusitadas. Me adentre un poco mas hipnotizado por su belleza, por su esplendor reconociendo la magnificencia de todo un ecosistema.
En el centro había un pequeño círculo en donde no había árbol alguno y permitía entrar un solo haz de luz, me acerque y decidí quitarme los zapatos para sentir las hojas regadas al ras del suelo, al pisar apreté con mis dedos la tierra, se sentía húmeda, pero calida a la vez. Me fui acercando a ese único lugar donde la luz era más notoria sintiendo una tranquilidad abrumadora con cada paso que daba.
Al llegar a ese circulo rodeado de luz estire mi mano derecha, al hacerlo sentía una calidez agradable, era como si la luz me acariciara de una manera gentil y sofisticada. Opte por meter mi adentrarme a ese espacio lleno de luz que brillaba mas no dañaba mis ojos al alzar la vista hacia su fuente, al estar ahí sentía como una enorme tranquilidad recorría mi cuerpo, sentí como si estuviera recibiendo un baño de energía pura directa del mismísimo cielo.
Me hizo sentirme feliz y motivado, era una luz clara mas no amarilla, era un luz destellante de color blanco que no agredía, estuve ahí un tiempo prolongado, debía depurar esa gran piedra que tenía cargando adentro de mi ser desde hacia ya bastantes años, una enorme piedra color negro cuya fuerza y peso emanaba la energía y la sensación de una bestia salvaje en cautiverio con deseos enloquecedores de salir al exterior a como diera lugar.
Salí de ese círculo de luz clara y comencé a sentirme como un niño otra vez, aunque sabiendo que en realidad soy un adulto. Me llego la emoción de cómo cuando era niño y miraba mis regalos de navidad por primera vez, el bosque me parecía un lugar lleno de aventura y emoción, que esperaba ser explorado en cada rincón y ya no miraba al bosque bajo la lupa estricta de un ecosistema, sino que lo miraba como un solo ente vivo el cual debía de ser protegido, venerado y respetado.
De pronto comencé a sentir vida en el y escuche como el canto de las aves resonaba en la distancia, claramente me percate que el bosque me reconocía y no solo eso, sino que además me brindaba abrigo y energía, al igual que yo le brindaba energía mía, bajo un intercambio de esencias. El bosque mostraba su verdadera cara llena de una naturaleza sublime la cual reconocía y me comprometía a resguardar.
Toque los árboles y compare las texturas rugosas y lisas de sus troncos, acaricie sus hojas y olí sus flores hermosas. Había mas presencias a mi alrededor, sabia que si me adentraba mas a alguien iba a encontrar, no tenia ningún deseo de dañar ese lugar, sino de aprender de el, de hacerme uno con el e ir aprendiendo el idioma del bosque.
Me sentía como un niño en el cuerpo de un joven adulto, y cuando estaba punto de desintegrarme y desvanecerme por completo encaminado mi esencia hacia la totalidad del vacío, de mis labio salio la palabras “Gracias”, desperté con una vibración emergente que recorría todo mi pecho y subía hacia el lado izquierdo de mi rostro mientras lentamente se pasaba al lado contrario a la altura del mentón, era una vibración que jamás había sentido antes. Pero no me incomodaba y sin darme cuenta un par de lágrimas recorrían mis ojos lentamente.
Al principio sentí un poco de vergüenza pero rápidamente se desvaneció para ser sustituida por un sonrisa llena de alegría y entusiasmo digna de un niño interno que había despertado de su largo letargo en el que hacia bastantes años lo tuve cautivo.
Dándome de esa manera una perspectiva de que nada estaba perdido sino que todo puede ser recuperado y es solo cuestión de atreverme a hacer eso que siempre he anhelado hacer sin darle lugar al miedo al naufragio. ƒ