domingo, 24 de febrero de 2013

Crónicas De Mis Proyecciones Astrales.



Después de un día ajetreado como usualmente suelo tenerlos, llegue a casa de dar clase y me dispuse a dormir, para recuperar un poco la energía necesaria para evitar dormirme en clase el sábado y así fue como me acosté  esperando dormir de manera satisfactoria 4 horas antes de ir al trabajo.

De pronto me desperté, el cuarto estaba a oscuras pero podía ver con cierta claridad y nitidez. Me sentía extraño, sentía que no estaba solo más bien lo sabía de manera instintiva, no lo estaba; alguien estaba ahí haciéndome compañía, montando guardia o simplemente observándome inerte en la cama mientras dormía.

Me sentía ligero,  como si acabara de tener un orgasmo o como si acabara de fumarme un porro, mire hacia mis piernas y note no tenía rodillas, eso hizo que me sobre saltara un poco y volteé hacia atrás para darme cuenta que mi cuerpo yacía ahí, como un caparazón vacio esperando ser utilizado.
Mire hacia el espejo que yace frente a la cama y en su reflejo pude ver que había las caras de 2 personas pero solamente podía verles del pecho hacia arriba, se miraban tristonas, eran un hombre y una mujer de piel morena aceituna;  tenían la vista fija hacia el suelo como si estuvieran angustiadas.
Volteé hacia la ventana y en su lugar estaba una mujer alta usando un vestido de novia color blanco. No podía ver su cara ya que traía un velo que lo impedía pero sentía su mirada, se fue acercando a mí y conforme lo hacia su  vestido cambiada de color entre negro y banco como si fuera un efecto de iluminación.

Al irse acercando tuve miedo y baje la mirada mientras cerraba los ojos, pero me dije a mi mismo:
“Porque le tengo miedo, no debo tenerle miedo”
entonces levante la cabeza mientras abría los ojos y extendió sus brazos hacia mí con clara intensiones de tocar mi rostro.

Cuando de repente se desvaneció y en su lugar apareció una mancha mediana color rosa oscuro, que se movía por el lugar, hasta detenerse a la altura del abanico de techo y convertirse en una cara de diseño simplista que abría su boca; todo ese tiempo perdí el miedo y me sentí asombrado, privilegiado de poder observar e interactuar con semejantes seres.

Extendí mis brazos con la intención de tocar ese rostro simplista que yacía a la altura de mi cara; cuando  un portazo me despertó y se trataba de mi cuñada argumentando:
“Carlos ya son las 10, ¿no vas a ir a trabajar?”
Solo me limite a decir desde el fondo de mi  alma:
“¡Puta madre!”  

Y así fue como toda una proyección astral se fue al carajo…ƒ  




 

No hay comentarios: