Tirado en el piso, viendo hacia lo alto el resplandor del cielo brillante y despejado, soportando las constantes ideas programadas inflingidas por la soledad, la incertidumbre hacia el futro y la necesidad afectiva.
Sintiéndose como el triste maquinero que opera un vehiculo vacío en alma y corazón, donde escapa rotundamente del enfrentarse a la raíz de todos sus problemas. Deseando una vida mejor pero con el temor y la ignorancia de saber como conseguirlo.
Y cuando todo parece perdido ahí esta ella, teniendo una vida peor que la suya, superando cada obstáculo sin detenerse a lamentarse y aún así dándole todo el apoyo para sonreírle a la vida, guiándolo a levantar todos los trozos que ha ido tirando de su vieja coraza de misantropía, aislamiento y vacío.
Le convence de que ya no es necesario levantarlos para volver a pegarlos en su lugar de origen, sino en cambio juntarlos para arrojarlos muy lejos de él, de ella y del futuro que le espera. Y en un descuido de ella brota su fulgor de su propio caos interior tan añejado como el mejor vino francés. Se avergüenza, le pide que no la mire, que se vaya, con un todo de voz un tanto molesto y un tanto nervioso.
El solo sonríe acercándose buscando su mirada intentando poco a poco girar su cabeza hacia donde están sus ojos Atentos y comprensivos, mientras le sonríe y comprende que los héroes son mucho más frágiles que las victimas que tanto se esmeran en proteger de todo mal. Sus ojos se encuentran ella no lo soporta más, rompe en llanto mientras alza su mano en una bofetada que azota su mentón.
Se da cuenta del daño que inconcientemente acaba de hacer, a pesar de que a él no le importa, ella le recrima que es su culpa. El toma su mano que aun se encuentra sobre su mejilla algo adolorida mientras pronuncia una verdad que nadie se atreve a reconocer: “Ya me ayudaste a levantarme, ya te he alcanzado, ahora es tiempo de formar un vector con nuestros cuerpos, nuestras almas y ver juntos hacia una misma dirección”
Ella rompe en llanto le abraza mientras pide perdón, él en tono burlesco responde” Descuida que me lo he buscado por querer regresarte el favor”. Y de esa forma ambos se dan cuenta que los héroes no existen, que son solo sentimientos altruistas que alimentan un cargo de conciencia. ƒ
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